PENSAMIENTOS SOBRE MARÍA
Debemos hacer … como hizo la Virgen María Santísima, la cual desde pequeña pregustaba las primicias del Reino
futuro, en momentos elevándose hasta Dios, en momentos descendiendo hasta los hermanos mediante el amor.
Como la encarnación de Cristo nos fue dada por medio de María, así la unión de los cristianos la tendremos seguramente por
medio de María. (Oikoumene 1-15 dic. 1962)
María: todo aquello que hay de bueno en la tierra y en el cielo, tú lo posees para distribuirlo a la humanidad de la
cual eres Madre.
No dejen pasar ninguna ocasión de sufrimiento por amor a María.
Sufriré con gusto por amor a la Virgen todo aquello que me pasa de penoso durante el día.
Reciten el Santo Rosario entero. Antes de cada acción diríjanse a María para obtener luz y consejo. Aprovechen el mes
de Mayo para intensificar la vida de unión con María.
Cada hora que pasa, dirijan un pensamiento a María Virgen.
Durante el mes de Mayo lean siempre algo que hable de la Virgen.
Si queremos que en nuestras familias, y especialmente en el corazón de nuestros hijos, no falte la fe, sino
que brote. Si queremos que entre los esposos esté presente el amor y la fidelidad y que entre padres e hijos reine
la paz y la concordia, recemos todos juntos, todas las tardes, antes de ir a la cama, por lo menos un misterio, es
decir un "Padrenuestro", diez "Ave María" y un "Gloria al Padre", meditando o
pensando en un hecho de la vida de nuestro Señor Jesucristo o de María Santísima, sin preocuparnos de la distinción
entre los diferentes misterios, gozosos, dolorosos o gloriosos o de cómo están repartidos en esos días de la semana.
Si el Rosario se reza y se medita así, llega a ser una oración diaria humilde, breve pero eficaz que atrae gracias
y bendiciones especiales a toda la familia.
El encuentro de oración a la tarde, como conclusión del día, cuando ya todo está tranquilo, sin distracciones,
une los corazones y las voluntades con una cadena irrompible de amor mutuo, educa a los hijos y forma la conciencia
cristiana haciendo de cada familia una verdadera "Iglesia doméstica". Seremos como hijos degenerados,
si no reservamos a María, nuestra Madre, la que nos ama más que nadie y nos ayuda con premura más que nuestra propia
madre terrena, nuestro saludo vespertino.
Madres, ¿dicen el rosario en familia? Y ustedes padres, ¿saben rezar con sus hijos, con toda la comunidad doméstica,
al menos alguna vez?: ¡así se salva la familia, así se construye la Iglesia!
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