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Nuestra Espiritualidad tiene su origen en la misma oración de Cristo:
“para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mi y yo en ti, que ellos también
sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado” Jn. 17,21.
Convencidos de que la vida interior es el alma de todo apostolado, la preocupación de los Misioneros Ecuménicos es de ser primero almas de vida contemplativa y después activa. El Padre, desde los orígenes del Instituto, ha fundado la vida espiritual de sus hijos sobre el binomio: Eucaristía – María. ![]() En el Sacrificio Eucarístico entramos en comunión con el Padre, por medio del Hijo, e impulsados por es Espíritu Santo nos ofrecemos para que se haga de toda la humanidad un solo rebaño bajo un solo Pastor. La Eucaristía es por eso para nosotros el punto central e insustituible del que parte y al que esta dirigida toda nuestra actividad ecuménica. ![]() María Santísima, Madre de Jesucristo, es modelo de la Iglesia suplicante que implora la Unidad de todos sus hijos, que durante la historia se han dividido por diferentes causas. Por eso nuestra Familia Ecuménica la venera como María Madre de la Unidad. Devociones Nosotros Misioneros Ecuménicos, además en la participación a la comunión a los Santos, profesa y difunde principalmente la devoción:
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